Según el JPL, la pérdida del hielo perenne, que debiera mantenerse durante todo el verano, fue todavía mayor y se acercó a un 50% en el momento en el que ese hielo se desplazaba desde el Ártico oriental hacia el oeste.
Son Nghiem, investigador del JPL ha declarado que:
"Los cambios registrados en esos años en el hielo aártico son rápidos y espectaculares. De mantenerse la situación, ésta tendrá un impacto profundo en el ambiente, así como en el transporte marino y el comercio."